El pasado jueves, diversos informes de Inteligencia de Fuentes Abiertas (OSINT) confirmaron que el portaviones USS John F. Kennedy (CV-67) inició su último viaje hacia Brownsville, Texas, donde se desmantelará. Este emblemático buque es el último portaviones de propulsión convencional de la clase Kitty Hawk, una categoría clave en la Armada de los Estados Unidos antes de la adopción de portaviones nucleares. Desde la introducción de la clase Enterprise, todos los portaviones estadounidenses han utilizado esta tecnología.
Apodado como “Big John”, este portaviones fue el primero de la Armada de los Estados Unidos en llevar el nombre del expresidente John F. Kennedy. Aunque su diseño original se encuadra dentro de la clase Kitty Hawk, las modificaciones realizadas durante su construcción, incluidos los planes iniciales de convertirlo en un buque de propulsión nuclear, lo hicieron único dentro de su propia subclase. Su estructura bastante robusta y sus cualidades más avanzadas lo convirtieron en un activo valioso dentro de la flota naval estadounidense durante décadas.
Un ejemplar único que ha viajado por todo el mundo
Con un desplazamiento de casi 82.000 toneladas a plena carga, una eslora de 326 metros y una manga de 40 metros, el USS John F. Kennedy zarpó el 7 de septiembre de 1968 mientras ondeaba y prestó servicio hasta su retirada el 31 de enero de 2009, completando 39 años de operaciones. Aunque no participó en la Guerra de Vietnam, tuvo un papel clave en conflictos como la Guerra del Golfo en 1991 y estuvo presente en el patrullaje aéreo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, además de participar en las primeras operaciones de la Guerra de Afganistán.
Después de su retirada en 2009, el portaviones quedó almacenado en el Centro de Mantenimiento de Buques Inactivos de la Armada en Filadelfia, sin un destino claro. A lo largo de los años, diversos grupos intentaron transformarlo en un museo flotante, pero estas iniciativas no prosperaron. Finalmente, el USS John F. Kennedy se vendió en octubre del 2021 por el precio simbólico de un centavo a la empresa International Shipbreaking Limited, encargada de su desmantelamiento.
El desafío del desmantelamiento de portaviones
Esta reciente venta de uno de los portaviones más famosos por una cifra simbólica es un reflejo de los enormes desafíos logísticos y económicos asociados con su desguace. A medida que la Armada de los Estados Unidos siga retirando buques, este problema solo aumentará. Por ejemplo, un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) de 2018 estimó que el costo de desmantelar el USS Enterprise, el primer portaviones nuclear del mundo, superará los 1.550 millones de dólares.
Actualmente, el USS John F. Kennedy (CV-67) se está remolcado hacia Brownsville, Texas. Su ruta está siendo a través del océano Atlántico, rodeando la península de Florida y cruzando el Golfo de México. Se espera que el portaviones llegue a su destino final en febrero, donde será desmantelado pieza por pieza en un proceso que podría llevar varios meses.
El legado del portaviones John F. Kennedy no terminará con el desguace del CV-67. La Armada estadounidense ya ha asignado el nombre de John F. Kennedy a un nuevo portaviones de la clase Gerald R. Ford, que actualmente está en construcción, que será entregado a la Marina este próximo julio.
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