Los viajeros comparan tiempos de espera, organización y la atención que reciben en un hospital de España. Sus impresiones reflejan la diferencia con la sanidad en Colombia y abren el debate sobre cómo se gestionan las urgencias.
El comienzo de lo que parecía ser una escapada tranquila para Vicora, un colombiano que llegó a España junto a su pareja y su hermano, dio un giro inesperado al detectarle a este último un problema hepático relacionado con el cobre. Por ello, se vieron obligados a acudir rápidamente a un hospital para obtener un diagnóstico más preciso. Aunque la espera superó la hora y media, la impresión general del servicio fue positiva, destacando la organización que encontraron en la sanidad española.
Así vivieron los colombianos su llegada a urgencias en un hospital de España
¿Te imaginas llegar a un hospital con un familiar enfermo y no saber si te atenderán de inmediato? Esa incertidumbre fue la que sintieron Vicora y los suyos al pisar la sala de urgencias de un centro sanitario español. Según explica en su canal de TikTok, se sorprendieron de que el sistema no estuviera “colapsado” y de que la atención fuera bastante organizada. Cada persona tenía asignada su propia admisión, con las colas bien definidas, sin el caos que, asegura, es frecuente en algunos hospitales de Colombia.
En su relato, Vicora comenta que, si bien la estructura es más ordenada, el tiempo de espera no difiere tanto del de su país. “Llevamos hora y media esperando y sólo le han llamado para una consulta”, decía mientras registraba el momento en vídeo. Aun así, la buena disposición del personal y la precisión en la distribución de pacientes le causaron una sensación positiva.
Comparación entre la asistencia hospitalaria en Colombia y la organización sanitaria en España
Las diferencias van más allá del tiempo que uno pueda pasar sentado en una sala de espera. En Colombia, según Vicora, el trato es más inmediato si tu aspecto refleja una dolencia grave; si no, la atención se retrasa. Incluso, para ilustrar este punto, su pareja fingió una cojera con el fin de comprobar si de esa forma serían atendidos más rápidamente. Este tipo de situaciones, comenta, han sido casi necesarias en su país para que un médico te vea con urgencia.
En España, por otro lado, perciben un mayor control en la recepción de pacientes. De hecho, uno de los aspectos que más les asombra es la exhaustividad en las pruebas médicas: “Le han hecho 20.000 pruebas”, exclama Vicora, que valora la minuciosidad de los profesionales a la hora de encontrar el diagnóstico adecuado.
Para mostrar de forma clara las principales diferencias entre ambos sistemas, aquí tienes una lista con algunos puntos que destacan los viajeros:
- Orden en el proceso de admisión
- Mayor exhaustividad en las pruebas diagnósticas
- Tiempos de espera similares, pero con mejor gestión
- Requisito de presentar documentos de identidad y datos de contacto
- Seguimiento más exhaustivo en España ante la falta de diagnóstico inicial
Reflexiones y recomendaciones tras una hora y media de espera en urgencias
¿Merece la pena esperar tanto si la atención final es completa? Para Vicora, la respuesta es clara: sí. Aunque la demora no difiera mucho de la que experimentaría en su país, la organización del proceso le transmite más tranquilidad. Finalmente, su hermano se queda ingresado para someterse a más pruebas y recibir un tratamiento acorde a su posible afectación hepática.
A continuación, se ofrece una tabla con los pasos habituales en la atención hospitalaria y el tiempo aproximado de espera, según la experiencia narrada:
| Procedimiento | Tiempo aproximado |
|---|---|
| Recepción y registro de datos | 10 – 15 minutos |
| Valoración inicial (tría) | 20 – 30 minutos |
| Consulta con el médico de urgencias | 30 minutos a 1 hora |
| Realización de pruebas (análisis, radiografías, etc.) | 1 hora o más (dependiendo) |
Como se aprecia, el orden y la distribución de tareas facilitan el proceso, aunque la duración total depende de la gravedad del caso y del número de pacientes. De ahí que Vicora destaque la importancia de llegar con la documentación en regla y de prepararse para una espera que, en determinados momentos, puede alargarse.