La idea de despertarse con 3,1 millones de euros recién ingresados en la cuenta suena tan apetecible como el primer café del lunes. Eso pensaba Lawrence Campbell cuando su boleto de la lotería canadiense resultó premiado con 5 millones de dólares. Imaginó viajes, casa nueva y, claro, compartirlo todo con su pareja, Ann McKay. Sin embargo, la faena llegó antes que el champán: él no llevaba encima un documento oficial y tuvieron que poner el premio a nombre de ella.
Parecía un mero trámite, pero en cuanto el dinero aterrizó en la cuenta de Ann, desapareció tan rápido como la ilusión de trabajar en agosto. Bloqueos en redes, la maleta vacía en el hotel y hasta una orden de alejamiento: la suerte, para Campbell, viró de sueño a pesadilla.
¿Cómo empezó el lío millonario?
El boleto ganador pertenecía a Campbell, pero el sistema de cobro canadiense exige una identificación gubernamental válida. Él carecía de ella y, por tanto, la banca (o la bolita) mandaba: McKay debía firmar el cobro. Pocos días después, la mujer cortó todo contacto, ignoró llamadas y, de paso, cambió de pareja. Según el abogado de ella, ya pensaba romper antes del premio y marcharse con un “chico nuevo”.
Mientras tanto, Campbell recurrió al Tribunal de Manitoba y amplió la demanda a la organización lotera por, presuntamente, haberle asesorado mal. De ahí que la historia no solo trate de amores rotos, sino también de manuales burocráticos y formularios que, si te descuidas, te dejan sin blanca.
¿Qué dice la justicia canadiense?
El juez ha dictado medidas cautelares claras como el agua: McKay no puede comprar ni regalar propiedades, coches o inversiones hasta que se resuelva el caso. En resumen, los 3,1 millones permanecen congelados; ni selfies con coche nuevo ni guiños en redes enseñando mansión.
La vista oral está señalada para mediados de este mes y, hasta entonces, el dinero seguirá en cuarentena judicial. El juez busca decidir quién tiene derecho al premio y en qué condiciones, un tira y afloja legal que promete titulares jugosos y algún que otro quebradero de cabeza fiscal.
¿Qué puedes hacer si te toca la Lotería y no quieres sustos?
Antes de estirar el brazo para descorchar la botella, conviene revisar un par de detalles prácticos. A continuación verás los pasos básicos que recomiendan muchos asesores para que la alegría no se convierta en desgana.
- Fotocopia y firma el boleto ganador por ambas caras, nada más comprobar el premio.
- Asegúrate de que tu identificación oficial (pasaporte o DNI) está vigente; sin documento, no hay cobro.
- Solicita asesoramiento legal y fiscal antes de reclamar el dinero; mejor pagar al abogado que al arrepentimiento.
- Pacta por escrito cualquier reparto con tu pareja o amigos; las promesas verbales se las lleva el viento y, a veces, los tribunales.
Seguir este miniguion evita sustos mayúsculos y protege el nuevo patrimonio desde el minuto uno. De hecho, una conversación franca y un par de papeles firmados valen más que cualquier emoticón de confianza mutua. Así, si la suerte llama, lo hará sin dejar la puerta del juzgado entreabierta.