Un pensionista de 73 años se ve obligado a pagar un permiso anual de aparcamiento: estuvo más de 20 años haciéndolo en dominio público

Ofreció 3.600 euros para legalizar el acceso con un rebaje de bordillo, pero su solicitud fue rechazada por no cumplir las medidas mínimas; ahora paga 30 libras al año por un permiso para aparcar enfrente.

Durante más de dos décadas, Bob Howes, de 73 años, dejó su coche en la entrada de su vivienda en Freemantle, Southampton (Inglaterra). Lo que era un hábito sin incidencias ha cambiado: el Ayuntamiento le ha comunicado que ese espacio es dominio público y no puede usarlo como aparcamiento privado.

Decisión municipal, dominio público y razones técnicas que afectan al permiso de aparcar

El consistorio considera que allí se hacía un uso indebido del terreno público. Howes ha tenido que trasladar el vehículo al otro lado de la calle y abonar un permiso municipal de 30 libras anuales (36 euros). En sus palabras: “Aparqué en la entrada durante al menos 20 años. Ahora pagamos por un permiso y aparcamos enfrente porque aquí hay mucho tráfico”.

Antes, intentó regularizar la situación. Solicitó autorización para instalar un bordillo rebajado y facilitar el acceso, asumiendo el coste: “Estaba dispuesto a asumir los costes”. ¿El resultado? Rechazo por motivos técnicos: la entrada no cumple las dimensiones exigidas.

Claves del caso que explican el cambio de criterio municipal:

  • El espacio de la entrada es dominio público y no puede usarse de forma privativa.
  • Howes ofreció 3.600 euros para legalizar el acceso con un rebaje de bordillo.
  • La profundidad disponible es de 4,3 metros, por debajo de los 4,8 requeridos.
  • Debe pagar 30 libras al año y aparcar en la acera de enfrente.

Este giro ha generado malestar en el afectado y dudas entre los vecinos. ¿Se ha aplicado la norma con excesivo rigor?

Fechas, importes y normativa local que condicionan el permiso municipal de acceso

El Ayuntamiento señala medidas mínimas para garantizar que el coche no invada ni acera ni calzada. El concejal Eamonn Keogh lo resume así: “Si el vehículo accede de frente o marcha atrás desde la carretera, debe hacerlo sin invadir el espacio peatonal ni poner en riesgo la seguridad”. A continuación, los datos esenciales del caso y los requisitos citados:

AspectoRequisito o coste indicadoSituación concreta del caso
Fondo mínimo de la entrada4,8 metros4,3 metros disponibles (insuficiente)
Ancho mínimo de la entrada2,4 metrosDato no facilitado
Rebaje de bordillo propuesto3.000 libras (3.600 euros)Oferta del interesado
Permiso municipal anual30 libras (36 euros)En vigor para aparcar enfrente

Como se ve, la diferencia de 0,5 metros en el fondo ha sido determinante. Dicho en plata: por medio metro, el proyecto no pasa el corte.

Cómo solicitar legalmente un rebaje de bordillo y permiso de estacionamiento residencial

¿Quién puede pedirlo y por qué? En situaciones como la de Howes, el interesado es el propietario que desea habilitar un acceso desde la vía pública. En este caso, se presentó la solicitud al Ayuntamiento y se revisó conforme a la normativa local, que fija medidas mínimas.

Sobre el procedimiento, la pauta clave es cumplir las dimensiones exigidas. Sin esa condición, la autorización puede ser denegada por razones técnicas, como ha ocurrido aquí. Por lo tanto, todo pasa por acreditar que el vehículo no sobresaldrá a la acera ni invadirá la calzada. Sencillo de decir, pero decisivo.

Reacciones vecinales y debate sobre uso del dominio público y convivencia

El caso ha desatado críticas entre vecinos y en redes sociales, donde muchos califican la medida de “excesiva” y se preguntan cómo, tras 20 años, ahora se considera inadecuado. ¿Dónde está el equilibrio entre seguridad, norma y sentido común? La verdad, es un buen debate.

Situaciones similares se han visto en otras ciudades europeas, con sanciones por ocupar aceras con elementos considerados privados. De ahí que resurja la cuestión de fondo: el espacio urbano es de todos y su uso debe armonizarse con la convivencia.

¿Qué puede hacer ahora el afectado y posibles vías de recurso administrativas? Howes no descarta recurrir. Podría alegar un consentimiento tácito, al haber aparcado allí durante dos décadas sin advertencias ni multas. Otra opción es volver a solicitar el rebaje del bordillo si modifica su propiedad para cumplir las medidas mínimas. Por consiguiente, aún hay recorrido, aunque el presente inmediato pasa por seguir pagando el permiso y estacionar enfrente.

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