Un testimonio viral desmonta el tópico de un país siempre feliz y muestra las diferencias que afrontan los jóvenes españoles en su intercambio.
Con el curso ya encarando su recta final en mayo y, mientras en España los alumnos se preparan para los exámenes finales, un estudiante que llegó a Suiza en el pasado agosto describe un panorama muy distinto. Según cuenta, sus compañeros apenas hablan en clase, evitan las conversaciones durante el recreo y parecen vivir “amargados”.
Las quejas del estudiante español de intercambio en Suiza sobre la actitud en clase
¿Te imaginas un aula donde nadie levanta la mano? Eso es lo primero que le sorprendió: el profesor pregunta y el silencio se impone. El joven reconoce que esperaba respeto, pero no esa “ausencia total de chispa” que ahora comparte en TikTok, donde su vídeo se ha hecho viral en cuestión de días.
A continuación, las situaciones que más le han chocado:
- Silencio rotundo cuando el docente plantea dudas al grupo.
- Recreos dominados por el teléfono móvil y cero conversación cara a cara.
- Fines de semana “de botellón” en el bosque, todos en círculo y con escasa alegría.
- Ausencia de la espontaneidad típica de los institutos españoles.
El contraste entre la socialización estudiantil española y la suiza según su testimonio viral
Para verlo de un vistazo, comparamos las costumbres descritas por el protagonista con las que él mismo asocia a las aulas españolas:
Aspecto observado | España | Suiza |
---|---|---|
Participación en clase | Preguntas y respuestas constantes | Silencio generalizado |
Recreo / descanso | Conversaciones y bromas en grupo | Cada alumno con su móvil |
Ocio de fin de semana | Botellón urbano con música y charla | Bebida en bosque “en círculo satánico” |
Percepción de “felicidad” escolar | Ambiente ruidoso y cercano | Actitud reservada, calificada de “amargada” |
Posteriormente, el joven señala que, aunque Suiza lidere los rankings de bienestar, la frialdad cotidiana puede desconcertar a quienes llegan de países mediterráneos. “Un poco de diversión, un poco de felicidad”, reclama en su vídeo mientras anima a futuros Erasmus a prepararse para un choque cultural mayúsculo.