Hay sábados en los que el sofá se te queda pequeño y la cabeza te pide pinos, roca y silencio.
Si te suena la sensación, apunta hacia Huesca: allí te espera el Cañón de Añisclo, un desfiladero tan rotundo que muchos lo comparan con el mítico Gran Cañón estadounidense.
La excursión estrella enlaza la Senda de los Cazadores con la Faja de Pelay, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. No es, ni de lejos, un paseo de domingo: el desnivel castiga las piernas y la distancia exige ganas y algo de forma física. A cambio, obtendrás panorámicas a más de 1.900 metros, bosques que huelen a tierra húmeda y cascadas cuyo estruendo borra cualquier pensamiento urbanita. Si buscas resetearte sin pagar spa, sigue leyendo: aquí está el plan al detalle.
¿Por qué el Cañón de Añisclo presume de ese apodo tan grandilocuente?
El Añisclo es una garganta gigantesca que corta la caliza pirenaica como si un escultor hubiera pasado semanas afilando la montaña. Sus paredes verticales, sus saltos de agua y el verde casi fluorescente del valle justifican de sobra el sobrenombre de ‘Gran Cañón de Europa’.
Además, el entorno mezcla naturaleza salvaje y pequeñas sorpresas humanas: la coqueta ermita de San Úrbez se cuela entre rocas y hayas, mientras curiosas formaciones geológicas adornan cada recodo. Todo ello convierte la zona en un reclamo permanente para senderistas con ganas de “sudor y paisaje” a partes iguales.
Paso a paso por la Senda de los Cazadores y la Faja de Pelay
Salimos del Parking Pradera de Ordesa, cruzamos el puente de Lucien Briet y nos envolvemos en un hayedo que, literalmente, huele a otoño todo el año. El sendero empieza suave, pero pronto se empina en zigzag: bienvenido a la Senda de los Cazadores:
- Subidón inicial: las curvas ganan metros hasta dejarnos en el mirador de Calcilarruego, colgado a más de 1.900 m y con vistas al Tozal del Mayo, Carriata y Cotatuero.
- Tramo de pinos negros: avanzamos por la Faja de Pelay, flanqueados por barrancos y paredes que quitan el hipo.
- Refugio y fuente del Abe: punto perfecto para repostar agua fresca y fotos.
- Descenso al circo de Soaso: el paisaje se abre y aparece la emblemática cascada de la Cola de Caballo.
- Regreso junto al Arazas: ya en el fondo del valle, desfilamos al lado de las Gradas de Soaso, la cascada del Estrecho y la de Arripas, antes de volver al aparcamiento por un hayedo de postal.
¿Resultado? Una jornada larga, exigente y nada recomendable para peques, salvo que quieras cargar con ellos a la primera media hora.
Cómo llegar al Parking Pradera de Ordesa
Si sales de Huesca, basta con tomar la A‑23 y, en 1 hora 30 minutos, estarás aparcando bajo la sombra de los pinos. Desde Zaragoza el trayecto es más largo (2 horas 10 minutos, también por la A‑23) pero el premio visual compensa cada litro de gasolina (que, por cierto, es lo único que te costará: el resto del espectáculo es gratis).
Lleva agua abundante, porque las fuentes se agradecen, pero no son infinitas. Un chubasquero ligero te salvará si las nubes se empeñan en hacer de las suyas, algo habitual en alta montaña. Calzado con suela decente, algo de comida energética y, sobre todo, cabeza: sal temprano, controla tu ritmo y no subestimes el desnivel. Así volverás al coche con la tarjeta de la cámara llena y las piernas cansadas, pero sin sustos que lamentar.