En un principio, podría parecer que la mina de diamantes Diavik, ubicada en los áridos territorios del norte de Canadá, es solo una operación minera más enfocada en extraer piedras preciosas del suelo. Sin embargo, Diavik se ha convertido en un referente de innovación en energía renovable. Esta mina, que pertenece a Rio Tinto, genera anualmente 4,2 millones de kilovatios-hora de energía limpia, destacando así en una industria tradicionalmente conocida por su elevada huella ecológica.
Cómo Diavik lidera con energía solar
La mina de diamantes Diavik no es noticia hoy por los diamantes que extrae, sino por su generación de energía limpia. Rio Tinto ha instalado una planta solar de 3,5 MW en sus instalaciones, que cuenta con 6.620 paneles solares diseñados para captar tanto la luz solar directa como la luz reflejada por la nieve. Este proyecto no solo es el más grande fuera de la red eléctrica en los territorios del norte de Canadá, sino que marca un avance significativo en sostenibilidad dentro de la industria minera.
Los resultados son sorprendentes: el sistema genera 4,2 millones de kilovatios-hora de energía limpia al año, lo que equivale a un ahorro de un millón de litros de combustible diésel y a la reducción de 2.900 toneladas de emisiones de CO₂. Esta cantidad de emisiones equivale a retirar 630 automóviles de circulación.
La construcción de la planta solar comenzó en 2024 bajo la supervisión de Solvest, una empresa canadiense especializada en soluciones de energía renovable. Aunque la extracción de diamantes finalizará en 2026, el impacto positivo de este proyecto perdurará mucho más tiempo, marcando asó el legado sostenible para Diavik.
Innovación en la transición energética
El cambio hacia la energía renovable en Diavik representa un antes y un después en las operaciones mineras. Según se ha proyectado, las centrales solares y eólicas cubrirán entre el 20% y el 25% de las necesidades energéticas de la mina hasta su cierre en 2026. Más allá de este período, estas fuentes de energía seguirán alimentando las operaciones durante los tres años posteriores al cese de la extracción de diamantes.
Matthew Breen, director de operaciones de Diavik, destacó que este proyecto refleja el compromiso de la empresa con el entorno en el que opera. La transición energética de la mina también recibió apoyo gubernamental, con una inversión de 3,3 millones de dólares canadienses (2,4 millones de dólares estadounidenses). Este gesto refuerza la colaboración entre el sector público y privado para lograr objetivos de sostenibilidad.
El desarrollo del proyecto solar en Diavik está alineado con el plan general de Rio Tinto para lograr una minería más sostenible. La compañía se ha comprometido a reducir sus emisiones de alcance 1 y 2 en un 50% para 2030 y a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Este tipo de metas no solo posicionan a Rio Tinto como un líder en la industria, sino que también están inspirando a otras empresas a adoptar medidas similares.
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