Un avance que aprovecha marcos orgánicos covalentes para impulsar la economía y el cuidado del planeta. Se calcula que los residuos electrónicos, en comparación con el propio mineral donde se extrae el oro, tiene 10 veces más de este metal precioso.
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede con esos móviles viejos o portátiles averiados que ya no utilizas? Un equipo de investigadores ha ideado una innovadora forma de recuperar el oro presente en dispositivos electrónicos, sin recurrir a químicos peligrosos y con un alto potencial para fomentar la economía circular. Este descubrimiento podría convertir toneladas de residuos tecnológicos en una fuente sostenible de metales preciosos. De un teléfono móvil se puede extraer entre 0,024 y 0,034 gramos de oro, entre otros elementos de la tabla periódica.
Nueva oportunidad y desarrollo industrial gracias al oro recuperado de aparatos electrónicos
Según el estudio del investigador postdoctoral Amin Zadehnazari, de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida de la Universidad de Cornell (EE.UU.), cada año se generan cerca de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, de los que solo se recicla el 20%. Con su método, se puede llegar a capturar el 99,9% del oro presente en placas de circuitos, dejando aparte metales menos valiosos como níquel o cobre. La clave reside en unos marcos orgánicos covalentes unidos a vinilo (VCOF), que actúan como “trampa selectiva” para este metal precioso.
Este procedimiento no solo contribuye a reducir la contaminación por desechos tecnológicos, sino que abre la puerta a nuevos perfiles profesionales que podrían surgir en torno a la recogida y reciclaje de aparatos electrónicos. Además, la creciente demanda de oro recuperado puede traducirse en un incremento de oportunidades en industrias relacionadas con la electrónica, la orfebrería o la investigación científica.
Claves para entender cómo este método de extracción de oro beneficia al tejido laboral y al medioambiente
Los VCOF cargados de oro tienen un doble uso: permiten extraer este metal de manera limpia y, posteriormente, lo emplean como catalizador para convertir el dióxido de carbono (CO2) en materiales orgánicos. ¿Por qué es esto tan importante? Al transformarse en compuestos de valor añadido, disminuye la necesidad de desechar residuos y se potencia la protección del entorno. De hecho, el catedrático asociado Alireza Abbaspourrad, coautor del estudio, destaca que la elevada selectividad del método evita impurezas y facilita el proceso de reutilización.
Antes de entender mejor los beneficios, conviene resumir las principales ventajas frente a los métodos tradicionales (que suelen emplear cianuro). Aquí se presenta una lista con los puntos más relevantes:
- Menor impacto ambiental: se prescinde de químicos agresivos.
- Mayor rentabilidad: se optimiza el aprovechamiento de un metal con alta demanda industrial.
- Economía circular: se revaloriza la basura electrónica, convirtiéndola en un recurso rentable.
- Oportunidad sociolaboral: fomenta la creación de puestos de trabajo en el ámbito del reciclaje tecnológico.
Para ver de forma rápida cómo se comparan los métodos antiguos con este nuevo enfoque, se muestra la siguiente tabla:
Aspecto | Métodos tradicionales | Nuevo método con VCOF |
---|---|---|
Uso de químicos agresivos | Sí (cianuro, entre otros) | No |
Selectividad para el oro | Limitada | 99,9% de eficacia |
Impacto medioambiental | Elevado | Reducido |
Reutilización del catalizador | Escasa | Hasta 16 lavados |
Como se aprecia, la eficiencia a largo plazo aporta un nuevo horizonte para la recuperación de residuos electrónicos, ayudando a hacer más sostenible la industria tecnológica. ¿Te imaginas el impulso que esto puede dar al sector del reciclaje? Este descubrimiento pone sobre la mesa la posibilidad de reutilizar cantidades ingentes de chatarra electrónica y, a la vez, convertir el CO2 en sustancias provechosas para diversos campos.