La pequeña moneda de 1 euro del año 1999 que se vende en internet por más de 700 euros

Una moneda de 1 euro que vale 700 euros suena a chiste, pero es tan real como la vuelta de la tortilla del domingo. Seguro que más de una vez has vaciado los bolsillos sin mirar esas piezas que tintinean en la lavadora: error de principiante. Porque, fíjate, un simple descuido al fabricar una moneda hace 26 años convierte hoy un euro francés en un pequeño tesoro.

La numismática, esa ciencia que estudia las monedas y medallas, dicho rápido, lleva siglos poniendo precio a lo que otros tiran al cajón. Y aquí entra en juego nuestro protagonista: un euro de 1999, es decir, del primer “curso” en que el euro salió a la calle mientras medio continente aún pagaba con francos, pesetas o liras. ¿Te parece mucho 700 euros por una pieza del tamaño de un botón? Sigue leyendo, que lo vas a entender.

¿Por qué una moneda de 1 euro puede costarte 700 euros?

El “milagro” empieza en la fecha: 1999. Ese año apenas se acuñaron euros porque los franceses seguían usando su amado franco. Por tanto, hoy circulan poquísimas piezas con ese 1-9-9-9 grabado en la barriga. A menor oferta y con miles de coleccionistas husmeando, ya sabes… precio al alza y carcajada del vendedor.

Además, hablamos de un euro perfectamente normal por una cara y, por la otra, un diseño que grita “Liberté, Égalité, Fraternité” alrededor de un árbol dentro de un hexágono. No hay fallos de fábrica ni caras vueltas del revés: su rareza es pura cuestión de calendario. Y la ironía aquí es deliciosa: vale 700 veces más que su valor facial y sin pasar por la inflación.

¿Cómo reconocerla al instante?

Lo básico es girar la moneda y confirmar el famoso nueve-nueve-nueve. Ahora bien, nunca está de más tener a mano las medidas exactas para no confundirla con otra parecida. Echa un vistazo:

CaracterísticaDato preciso
Fecha de acuñación1999
Diámetro23,25 mm
Peso7,51 g
MetalCupro-níquel

Una vez cotejados diámetro, peso y la leyenda francesa, ya puedes respirar tranquilo: tienes (o no) la pieza correcta. Recuerda que cualquier rasguño grave merma la cotización, así que manipúlala con mimo, nada de frotarla con el estropajo.

¿Dónde y cómo venderla sin meter la pata?

¿Crees que has pescado el premio gordo en tu monedero? Antes de cantarlo a los cuatro vientos, mueve ficha con cabeza.

  1. Confirma la autenticidad en una casa de subastas o foro numismático reputado; una fotografía borrosa no convence a nadie.
  2. Compara precios recientes: hay vendedores que piden 700 €, otros sueñan con 2.000 €, pero las pujas reales marcan la referencia.
  3. Elige bien la plataforma: casas de subastas especializadas ofrecen garantías, mientras que webs de segunda mano exigen más paciencia y buen ojo con los timos.
  4. Documenta el estado de conservación con fotos de alta resolución y, si puedes, un pequeño certificado emitido por un experto.

Si sigues estos pasos, maximizarás el beneficio sin arriesgarte a regalar tu joya. Al fin y al cabo, no todos los días un euro te invita a cenar por 700.

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