Buscar plaza libre es ya un deporte urbano. A veces das vueltas y vueltas, rezas para que alguien salga y, cuando crees haber triunfado, aparece la dichosa señal verde con un cochecito eléctrico. ¿A quién no le ha tentado aparcar “solo un minutito” ahí, total para recoger un paquete? Pues cuidado: la Dirección General de Tráfico (DGT) no comparte ese entusiasmo improvisado y lo llama ‘icing’. Y sí, la gracia puede costarte hasta 200 euros. Si conduces un diésel o gasolina y te reconoces en la escena, hoy toca leer con atención.
¿Qué es exactamente el ‘icing’ y por qué fastidia tanto?
Invadir las plazas reservadas a coches eléctricos o híbridos cuando tu vehículo bebe gasolina o diésel tiene nombre, y no es precisamente cariñoso: ‘icing’. El término describe la helada que siente el conductor enchufable al llegar a su punto de carga y encontrarlo bloqueado por quien no necesita cables para circular. Estos espacios suelen estar pegados a la estación de recarga, fundamentales para la autonomía diaria de los eléctricos.
Por tanto, aparcar ahí sin permiso no es un simple acto de pillería: es ilegal. La señal R-308 deja clarísimo que los vehículos con combustibles fósiles tienen prohibido estacionar en esas plazas. Así se garantiza que quien depende del enchufe no se quede tirado buscando energía.
¿Cuánto cuesta la broma? Multas y señal R-308 al detalle
La DGT ha puesto precio a esta “ocurrencia aparcadora” para que duela el bolsillo y, de paso, disuada al más despistado.
- Multa mínima por ‘icing’: 100 euros.
- Multa máxima (si el agente se levanta con mal café o la infracción es flagrante): 200 euros.
Ese pellizco económico pretende recordar que respetar la señal R-308 no es opcional. El cartel sirve como aviso y, al mismo tiempo, como justificación legal para sancionar al infractor. Por consiguiente, antes de ceder a la tentación de dejar tu coche de combustión allí “un ratito”, piensa en los 200 euros que podrían evaporarse de tu cuenta corriente.
Cómo esquivar el ‘icing’ y ahorrarte hasta 200 euros
En primer lugar, si tu coche es de gasolina o diésel, olvida esas plazas marcadas con el icono del enchufe: busca otra zona, aunque esté a un par de calles. Además, aprende a detectar la señal R-308; es tu semáforo personal para evitar multas.
Posteriormente, si conduces un híbrido o eléctrico, aparca solo el tiempo necesario para recargar y libera después la plaza. Esto mantiene la rotación y reduce el enfado general. Por último, comparte esta información con amigos y familiares: cuantos más sepan qué es el ‘icing’, menos probabilidades tendrás de encontrarte la toma ocupada y, de paso, todos evitaremos engordar las arcas de la DGT.