Imagínate abrir la ventana y oír solo gaviotas en lugar del claxon del autobús. Ahora añade que el Gobierno irlandés te regala 90.000 dólares para que te instales allí, reformes una casa destartalada y, de paso, des conversación a los pocos vecinos que queden.
Parece un reality, pero se trata de política pura y dura. Irlanda, que en 2024 recibió más de 6,3 millones de turistas, quiere evitar que sus islas más remotas queden solo para las postales. Y lo hace con dinero contante y sonante (unos 77.000 euros al cambio) más la esperanza de que alguien con ganas de obras y paciencia con la bruma se anime. Si últimamente te las ves y te las deseas para coger sitio en la terraza del bar, quizás esta propuesta te haga tilín.
¿Cómo funciona la ayuda de 90.000 dólares?
El plan se llama Croí Cónaithe y forma parte de la política Our Living Islands. La idea es sencilla: repoblar 23 islas sin puente que se están quedando sin gente, ofreciendo una inyección económica para restaurar viviendas a punto de caerse o, directamente, sin inquilinos desde hace años.
- 60.000 euros para quienes se muden a una vivienda vacía.
- 84.000 euros para los valientes que rehabiliten una casa en ruinas.
En ambos casos, el dinero va directo a costear las obras, así que conviene tener algo ahorrado para imprevistos (spoiler: siempre los hay). A cambio, obtienes un hogar con vistas al Atlántico y cero vecinos que te molesten con el taladro los domingos.
¿Qué islas están en la lista y cuánta gente vive en ellas?
La ayuda abarca 23 islas, todas sin conexión por carretera. Destacan Arranmore, con apenas 478 residentes fijos, e Inishbofin, que ronda los 180 habitantes. Allí el tráfico se resume en algún tractor y la red social se llama “pub del puerto”.
Eso sí, no te esperes grandes centros comerciales. La infraestructura es básica, piensa en electricidad, un pequeño muelle y poco más, pero la comunidad compensa con actividades culturales, música tradicional y la típica solidaridad isleña que no entiende de horarios.
El único requisito que no puedes saltarte
Para optar al dinero necesitas permiso legal de residencia en Irlanda, es decir, el documento que te autoriza a vivir y trabajar en el país. Si posees pasaporte de la Unión Europea o de Suiza, enhorabuena: no necesitas visado y el trámite se reduce a empadronarte.
Quienes vengan de fuera tendrán que justificar su estancia por trabajo, inversión, estudios o reagrupación familiar. Cada caso se analiza por separado, así que más vale leer la letra pequeña antes de hacer la maleta y terminar enredado en papeles.
Pasos prácticos para dar el salto a la isla
Primero, echa números: la subvención cubre gran parte de la reforma, pero siempre hay extras —ventanas nuevas, aislamiento contra la humedad o el inevitable techo que se queja los días de tormenta—. Calcula tu presupuesto para no quedarte sin ahorros a mitad de obra.
Después, ponte en contacto con la autoridad local. Ellos te guiarán sobre plazos, licencias y, cómo no, sobre el pub más cercano para celebrar que has sobrevivido a la burocracia. Si todo encaja, en unos meses podrías estar arreglando paredes de piedra y saludando a tus nuevos vecinos: más ovejas que personas, pero con muchísimo encanto.