Dinamarca cambia el juego en el mundo: nueva mega planta energética capaz de producir 5.000 toneladas de esto

El país nórdico reduce emisiones y optimiza recursos al combinar viento, sol, agua y aire para producir 5.000 toneladas de amoníaco renovable.

Dinamarca ha dado un paso de gigante en la transición energética al inaugurar la primera planta dinámica de amoníaco verde con G. Langås (director sénior de licitaciones de Nel Hydrogen), Lars Aagaard (ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos) y Thomas Danielsen, (ministro de Transporte). Ubicada en Ramme, esta instalación es capaz de adaptarse a las fluctuaciones de la energía eólica y solar, generando 5.000 toneladas anuales de un producto vital para múltiples sectores industriales. ¿Cómo funciona este novedoso sistema y por qué se considera un hito mundial?

El impacto sociolaboral y medioambiental que esta planta de amoníaco generará para el futuro del mercado energético

La meta principal de esta innovadora planta es reducir las emisiones de CO2 y responder a la creciente demanda de combustibles limpios. Se calcula que evitará 8.200 toneladas de dióxido de carbono anuales, ayudando a descarbonizar industrias como la logística, el transporte marítimo e, incluso, la producción de acero. Además, la iniciativa abre nuevas oportunidades de empleo en el sector de las energías renovables, impulsando la formación de profesionales altamente especializados.

Para lograr este objetivo, Dinamarca se ha basado en la colaboración entre tres empresas punteras: Topsoe, Skovgaard Energy y Vestas. Nel, compañía experta en tecnologías de electrólisis, ha aportado la capacidad de 10 MW que permite generar hidrógeno a partir de fuentes verdes y combinarlo con nitrógeno para sintetizar amoníaco. De ahí que se contemple el futuro de la industria con una perspectiva más limpia y económicamente viable.

Por qué la producción de amoníaco verde se considera un avance en la transición ecológica y laboral a nivel global

El amoníaco es utilizado tradicionalmente en la elaboración de fertilizantes, pero también funciona como portador de hidrógeno y combustible limpio. Al producirlo con energías renovables (viento, sol, agua y aire), se amplía la posibilidad de implantarlo como alternativa sostenible en diferentes procesos:

  • Industria marítima: para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
  • Transporte terrestre: como fuente de energía potencial para vehículos o maquinaria pesada.
  • Almacenamiento de energía: el amoníaco simplifica el transporte y la gestión del hidrógeno.

No obstante, lo más llamativo es cómo la planta danesa regula su producción en tiempo real. Si la intensidad del viento o la radiación solar disminuye, la fabricación de amoníaco se ajusta en consecuencia. Esta flexibilidad recorta costes al prescindir de grandes baterías o depósitos de hidrógeno, y garantiza una mayor estabilidad operativa.

Cómo Dinamarca integra de forma dinámica las fuentes renovables para fabricar amoníaco verde y ahorrar costes energéticos

Para ilustrar el proceso, a continuación se muestra una tabla resumida:

FaseDescripciónObjetivo
Generación de energía limpiaElectricidad producida por turbinas eólicas y paneles solares bifacialesAlimentar el electrolizador con fuentes 100% renovables
Electrólisis del aguaSeparación de moléculas H₂O en hidrógeno y oxígenoConseguir hidrógeno verde como base para el amoníaco
Síntesis de amoníacoCombinación de hidrógeno con nitrógeno del aire (Haber-Bosch adaptado)Fabricar amoníaco sin emisiones contaminantes

A todo esto se suma el concepto “Power-to-X”, que posibilita convertir la electricidad verde en otros combustibles limpios. El país nórndico, demuestra así que es factible enlazar producción química con energías intermitentes, marcando el camino hacia industrias descarbonizadas y autónomas.

La planta de Ramme no solo sitúa a Dinamarca a la cabeza en la carrera de la transición energética, sino que abre puertas a una economía más ecológica, flexible y competitiva. Ojo con subestimar el potencial de iniciativas como esta: más allá de generar fertilizantes, el amoníaco verde puede convertirse en la pieza clave para descarbonizar el transporte, la logística y otros sectores intensivos en emisiones.

“Este proyecto es un avance significativo para hacer del amoníaco verde una alternativa viable a los combustibles fósiles y demuestra cómo los electrolizadores de Nel desempeñan un papel importante a la hora de permitir la transición a una economía de hidrógeno renovable”, según indica Langås en la web de Nel.

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