Científicos españoles encuentran en África las primeras pruebas de cuchillos hechos por humanos que podrían cambiar nuestra historia

Mientras friegas los platos puede que no pienses en ello, pero el cuchillo que manejas tiene una larguísima familia. Hace ya 1,5 millones de años, nuestros ancestros en la Garganta de Olduvai (Tanzania) se las apañaban para tallar huesos con la misma soltura con la que hoy afilamos el acero. El hallazgo, liderado por el CSIC y publicado en Nature, adelanta en un millón de años la fecha en la que se creía comenzaba este “bricolaje” prehistórico.

Según el equipo de Ignacio de la Torre, esos primeros Homo no solo golpeaban piedras: habían aprendido a convertir restos animales en herramientas metódicas. Y lo hacían con tal precisión que los arqueólogos hablan de una auténtica cadena de producción. En otras palabras: ya nadie puede tacharles de torpes.

¿Qué han descubierto exactamente en la Garganta de Olduvai?

Los investigadores del CSIC han desenterrado en Olduvai un conjunto de útiles óseos cuyos filos remiten a cuchillos prehistóricos fabricados hace 1,5 millones de años. La sorpresa es doble: primero, porque adelanta en 1 millón de años la fecha aceptada para el uso sistemático del hueso; segundo, porque revela una planificación tecnológica muy por encima de lo que se atribuía a la cultura olduvayense.

Además, la excavación demuestra que la transición hacia la industria achelense (caracterizada por hachas de mano de piedra y datada en torno a 1,7 millones de años) no fue solo cuestión de rocas. Las mismas destrezas de percusión aplicadas a la piedra se “reciclaron” para moldear huesos, ampliando de golpe el catálogo de recursos disponibles.

¿Por qué este hallazgo cambia el guion de la Prehistoria?

El descubrimiento obliga a reescribir la cronología de la innovación humana y a revisar cómo y cuándo surgieron las primeras conductas complejas.

  • Los homínidos de hace 1,5 millones de años ya combinaban piedra y hueso, lo que apunta a capacidades cognitivas más sofisticadas de lo que se pensaba.
  • La fabricación metódica rompe con la idea de herramientas óseas ocasionales y sugiere procesos estandarizados cercanos a una pequeña “línea de montaje”.
  • Al ampliar su repertorio tecnológico, aquellos Homos abrieron la puerta a nuevos comportamientos de subsistencia y adaptación.

En consecuencia, lo que hasta ayer se veía como un salto cultural del Achelense temprano, hoy se retrata como un proceso más gradual y, sobre todo, más antiguo.

Cómo te afecta este viaje al pasado

Quizá no planees tallar huesos en tu terraza, pero el hallazgo tiene lecturas prácticas: demuestra que la creatividad humana para reutilizar materiales viene de fábrica y que las tecnologías mixtas fueron clave para prosperar. De ahí que la arqueología no sea mero romanticismo; saber cómo resolvieron problemas nuestros ancestros puede inspirar soluciones modernas de reciclaje y diseño.

Si quieres profundizar, el artículo está disponible en Nature y el CSIC suele difundir material divulgativo sobre sus excavaciones. Así que, la próxima vez que sostengas un filete con tu cubierto favorito, recuerda que llevas 1,5 millones de años de historia en la mano (y sin necesidad de pasar por caja registradora).

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