Así consiguieron las grandes marcas chinas recibir más de 100 millones de euros en subvenciones ilegales por coches eléctricos

Confirmo que he sustituido todos los espacios no estándar por espacios normales (U+0020). A continuación tienes el texto sin ningún espacio especial:

¿Has mirado alguna vez tu extracto bancario y te has llevado un susto porque faltaban unos cuantos euros? Ahora imagínate perder 104 millones. Así, sin anestesia. Eso es justo lo que ha descubierto un informe sobre los subsidios para coches eléctricos en China. La investigación señala que varias marcas aprovecharon un sistema público tan lleno de grietas como un queso gruyère. Y, claro, cuando el dinero público se reparte sin vigilancia, siempre hay quien mete la mano. Vamos al lío.

El Tribunal de Cuentas chino ha puesto negro sobre blanco el periodo comprendido entre 2016 y 2020. En esos cuatro años se colaron 864 millones de yuanes, unos 104 millones de euros, en ayudas que nunca debieron salir de las arcas estatales. De hecho, el mecanismo era sencillo: los fabricantes solicitaban la subvención y nadie comprobaba si los vehículos cumplían los requisitos. Resultado: el dinero volaba y los coches incumplían las normas técnicas exigidas.

Chery y BYD: ¿cuánto se llevaron exactamente?

Primero, situémonos. Hablamos de dos gigantes de la automoción china que, según el informe, se llevaron la parte del león.

  1. Chery Automobile reclamó 240 millones de yuanes (28,2 millones de euros) por 8.860 coches eléctricos e híbridos que no daban la talla.
  2. BYD ingresó 143 millones de yuanes (17,1 millones de euros) por apenas 4.900 vehículos que tampoco cumplían el pliego de condiciones.

La auditoría no aclara (todavía) si ese dinero ha regresado a las arcas públicas o si simplemente se descontará de futuras ayudas. El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información chino guarda silencio por ahora.

Un sistema de ayudas demasiado fácil de engañar

Para entender el fiasco hay que viajar a principios de la década de 2010, cuando Pekín lanzó un cheque directo de hasta 60.000 yuanes (7.200 euros) por coche eléctrico. El descuento se pagaba al fabricante, que rebajaba así el precio al cliente final. Tentador, ¿verdad? Pero la falta de controles convirtió la iniciativa en un festival de picaresca. Solo en 2016 se detectaron 9.300 millones de yuanes (1.125 millones de euros) en solicitudes fraudulentas. Ya quisiéramos muchos ver esa cifra en la app del banco.

Las autoridades han subido el volumen de la supervisión y piden a las marcas que dejen la guerra de precios y las maniobras para inflar ventas, como matricular flotas enteras que terminan en los concesionarios como “kilómetro cero”.

Si tienes pensado importar un coche eléctrico chino, no está de más que revises tres puntos básicos: pide el certificado de homologación europeo, exige el historial de matriculación y confirma que el descuento aplicado procede de una ayuda vigente y transparente. Así evitarás sustos y, de paso, pondrás tu granito de arena para que nadie más se lleve un trozo del pastel público sin merecerlo.

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