Agosto arranca con temperaturas récord y Mario Picazo adelanta que aún no hemos llegado al pico máximo del calor

Después de varias noches dando más vueltas que un ventilador sin aspas, seguro que ya has notado que el verano se ha puesto en modo “sauna gratis”. La primera gran ola de calor de agosto 2025 llegó el domingo y, aunque el calendario diga que acaba el jueves 7, el mercurio parece dispuesto a prolongar la fiesta. Si vives en el oeste peninsular, el golpe de calor ha sido inmediato; el resto del país tampoco va a librarse.

Por si fuera poco, las madrugadas prometen convertirse en maratones de sudor y sábanas pegajosas. Eso sí, conviene entender cuándo, cómo y, sobre todo, hasta cuándo seguiremos fundiéndonos.

¿Cuándo empezó la primera ola de calor de agosto 2025?

La Agencia Estatal de Meteorología dio el pistoletazo de salida el domingo 3 de agosto de 2025, fijando el final oficial para el jueves 7. Sin embargo, los modelos apuntan a que el termómetro no piensa bajar la guardia hasta, al menos, mediados de mes. Por lo tanto, los cuatro días “oficiales” podrían convertirse en una quincena de horno a todo gas.

Además, la dorsal anticiclónica que nos envía aire caliente desde el norte de África coincide con la canícula (el periodo climatológico más cálido del año). De ahí que los registros actuales se sitúen varios grados por encima de las medias habituales tanto de día como de noche.

¿Por qué suben tanto los termómetros?

En primer lugar, dominan las altas presiones, lo que bloquea la entrada de aire más fresco. Por otro lado, las largas horas de insolación propias de agosto refuerzan el calentamiento diurno. Esto quiere decir que los 40 °C vespertinos se han vuelto el nuevo “normal” en buena parte del país.

No obstante, la situación atmosférica no es estática: un pequeño embolsamiento de aire frío pulula al suroeste y un frente barrerá el norte el martes. Pese a esos matices, el calor seguirá siendo protagonista casi sin interrupción.

Zonas más castigadas: ¿dónde hará más calor?

Si pensabas que solo el valle del Guadalquivir iba a arder, toca revisar el mapa. Los valles del Guadiana y del Tajo, el sur de Galicia y el oeste de Castilla y León se apuntan a registros diurnos entre 8 y 9 °C por encima de lo habitual. De noche, muchos municipios no bajarán de los 20 °C y, en casos extremos, se quedarán en 25 °C.

Incluso la cornisa cantábrica superará los 30 °C, y el factor humedad disparará la sensación térmica. Así que, aunque vivas “en el fresquito”, no cuentes con librarte del bochorno.

¿Hasta cuándo seguiremos sudando?

Los pronósticos coinciden: aunque la etiqueta “ola de calor” desaparezca tras el jueves 7, el calor intenso podría alargarse hasta el 15 de agosto de 2025. Es más, se baraja un repunte hacia el final de la semana que mantendría a raya cualquier intento de ponerte la chaqueta por la noche. Por consiguiente, el alivio real llegará, con suerte, en la segunda mitad del mes. Hasta entonces, toca armarse de paciencia (y de ventilador).

Esta semana pinta tranquila en cuanto a precipitaciones, pero el martes un frente dejará nubes y chubascos en el extremo norte. Posteriormente, las tormentas serán puntuales y se concentrarán en áreas montañosas del interior, a veces con granizo y rachas fuertes de viento. Por lo tanto, el paraguas no será tan útil como la botella de agua congelada. La atmósfera podría reactivarse hacia el jueves si ese pequeño “bolsillo” de aire frío logra hacerse notar en el interior sur.

Cómo sobrevivir a las noches tropicales: consejos exprés

Si eres de los que cuentan ovejas a 30 °C, estos trucos te vendrán como agua fresca.

  1. Ventila de madrugada, entre las 06:00 y las 08:00, cuando la temperatura toca suelo.
  2. Coloca un recipiente con hielo frente al ventilador para crear un chorro algo menos infernal.
  3. Dúchate con agua tibia (sí, tibia): ayuda a disipar calor corporal sin provocar efecto rebote.
  4. Evita cenas copiosas y bebidas con cafeína después de las 20:00; el metabolismo también calienta.

Aunque no sean la panacea, aplicar estas pautas cada noche puede marcar la diferencia entre dormir algo o pasarte horas viendo cómo el reloj avanza.

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