Han pasado años desde que los madrileños dejaron de preguntar por una calle y el taxista les respondió con un encogimiento de hombros; ahora la brújula la lleva el móvil. Pero, ¿y si te animas a ponerte tú al volante? No bastará con saberse los atascos de la M‑30: el Ayuntamiento pide que tengas la ESO, como mínimo. Mientras tanto, las personas con movilidad reducida reclaman más coches adaptados y el consistorio les ha hecho caso con nuevas licencias exclusivas. Además, ningún taxi se librará de instalar un GPS, así que los rodeos injustificados pasan a mejor vida. En resumen, la ordenanza municipal cambia de arriba abajo un oficio tan castizo como el chotis, y te contamos qué hay de nuevo para que no te pille el toro.
¿Por qué Madrid exige ahora la ESO para conducir un taxi?
Quien aspire a manejar un taxi en la capital deberá acreditar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Esta titulación (el “graduado” que se logra tras la enseñanza obligatoria hasta los 16 años) sirve, según el Ayuntamiento, para “mejorar la calidad del servicio” y profesionalizar un sector con 15.518 vehículos sobre el asfalto.
La cara amable es que desaparece el temido examen de itinerarios: ni callejero, ni giros imposibles en Chamberí. Al haber GPS obligatorio (lo veremos enseguida) el consistorio entiende que memorizar rutas tiene menos sentido que coleccionar cintas de casete.
Instalar un dispositivo de navegación pasará de ser opción a obligación. De esta forma, los más de 15.000 taxis madrileños tendrán que llevar un navegador operativo para garantizar trayectos eficientes y transparentes: el pasajero ve la ruta, el conductor se ahorra discusiones y el Ayuntamiento monitoriza la flota.
Por lo tanto, esa inversión en tecnología será ineludible. La parte buena es que, con un GPS fiable, los aspirantes también se libran de estudiar kilómetros de calles.
Más eurotaxis para quienes más lo necesitan
Hoy solo 366 coches (apenas el 2,35 %) de la flota están adaptados para personas con movilidad reducida. El objetivo oficial es llegar al 5 %. Para conseguirlo, se convocarán licencias exclusivas de eurotaxi que podrán operar los siete días de la semana, privilegio vetado al resto, salvo que el vehículo sea 100 % eléctrico y no supere los diez años de antigüedad.
Además, el Ayuntamiento permitirá que estos eurotaxis lleven distintivo ambiental C, lo que abre el abanico de modelos y abarata la compra. Un respiro para quienes temían un desembolso digno de una hipoteca.
¿Cómo se comparan otras ciudades españolas?
Antes de pensar que Madrid va por libre, conviene echar un vistazo a lo que piden Sevilla, Barcelona o la Comunidad Valenciana. Lo comprobamos en la siguiente tabla.
Ciudad | Estudios mínimos | Otros requisitos destacados |
---|---|---|
Sevilla | ESO o equivalente | Prueba psicotécnica y examen de inglés básico |
Barcelona | ESO | Nivel A2 en un idioma oficial y B1 en el otro si no se estudió en Cataluña, C. Valenciana o Baleares |
C. Valenciana | No exige ESO | Examen sobre marco legal, rutas, turismo y prueba de valenciano e inglés |
Madrid (propuesta) | ESO | GPS obligatorio y examen sin módulo de itinerarios |
Como ves, la tendencia general es subir el listón formativo y añadir filtros de idiomas o pruebas específicas. Madrid elimina los callejeros, pero compensa con tecnología a bordo.
Pasos para sacar la credencial sin perder los nervios
Antes de abalanzarte sobre el volante, detente un momento. Sigue esta lista y evita trámites en bucle:
- Comprueba que tienes el título de ESO o su homologación; sin él no hay trámite posible.
- Reserva presupuesto para instalar un GPS certificado por el Ayuntamiento.
- Decide si quieres optar a una licencia ordinaria o a una de eurotaxi (solo estas trabajarán 7 días).
- Reúne la documentación y presenta la solicitud en los plazos que marque el consistorio.
Con esto, habrás cumplido los requisitos académicos, tecnológicos y administrativos. No obstante, guarda margen para posibles tasas municipales: ya sabes que Hacienda siempre viaja en asiento delantero.
Por consiguiente, el taxi madrileño de 2025 apunta a ser más accesible, profesional y, sobre todo, guiado por satélite. Si estabas pensando en dar el salto, toca desempolvar el título de la ESO y pasar por caja para equipar un buen navegador. El resto será cuestión de pisar el acelerador… dentro de los límites, claro.