Todos hemos pasado alguna vez ese límite de velocidad «porque llegamos tarde» y, con un poco de suerte, el radar no se entera. Cuando se entera, la multa suele doler lo justo: 60 euros y a seguir con nuestra vida. Ahora bien, ¿te imaginas abrir la carta y ver 7.500 euros por los mismos 20 km/h de más? Se te paraliza hasta el cuentakilómetros. Eso es lo que le sucedió a una conductora alemana en la autopista A555, entre Wesseling y Rodenkirchen (Colonia), gracias a un error informático. Veamos cómo una infracción de andar por casa salió por un ojo de la cara y qué puedes hacer tú si la administración también se pasa de frenada.
¿Cómo una multa de 60 euros acabó inflándose hasta los 7.500 euros?
La conductora fue cazada a 120 km/h en un tramo limitado a 100 km/h. Según la normativa alemana, el castigo por esos 20 km/h de exceso ronda los 60 euros, pero la notificación oficial que llegó a su buzón marcaba 7.500 euros. El diario Focus.de reveló que no se trataba de un simple «dedazo»: el sistema de gestión de infracciones se coló y multiplicó la cantidad por 124.
Alarmada, la afectada llamó a la administración municipal de Colonia. Los responsables admitieron que hablaban con ella (sin soltar prenda sobre el fallo) y le recordaron que la corrección no sería automática. En otras palabras, si ella no presentaba un recurso (apelación formal por escrito) dentro del plazo legal, el disparate se convertía en definitiva obligación de pago.
¿Puedo evitar pagar cuando la cifra es absurda?
En Alemania, como en España, los errores administrativos no se arreglan solos por arte de magia. El especialista en derecho de tráfico consultado dejó claro que, sin reclamación, la sanción desproporcionada se hace firme. Por tanto, moverse rápido es clave.
Antes de que te tiemble la cartera, toma nota de los pasos básicos para recurrir una sanción en España:
- Adjunta la copia de la notificación de la multa.
- Redacta un escrito de alegaciones explicando por qué consideras injusta la sanción, incluyendo hechos y, si procede, referencias legales sencillas.
- Presenta la documentación de forma presencial en el órgano que impuso la multa (ayuntamiento o Dirección General de Tráfico).
- O bien tramítala online en la sede electrónica correspondiente con tu certificado digital, DNIe o sistema Cl@ve.
- Si optas por el correo postal, envía todo al órgano competente y pide acuse de recibo.
Estos cinco movimientos, realizados dentro del plazo oficial, bastan para que la administración revise la sanción y, si procede, la rectifique. Recuerda: dejar pasar el tiempo es regalarle la razón (y el dinero) al sistema.
Por consiguiente, si un radar convierte tu despiste en un sablazo imposible, no te resignes. Apela, documenta y, con un poco de paciencia, la burocracia terminará reconociendo su error y rebajando la factura a lo que realmente toca: 60 euros… que ya duelen lo suyo, pero al menos no arruinan las vacaciones.