El plan secreto de un loro para echar al perro de casa se hace viral: le roba la comida, los juguetes y hasta le hace la vida imposible

¿Alguna vez has tenido una mascota celosa que no te deja vivir en paz? Pues bien, imagina un loro que no solo no quiere compartir su espacio, sino que también hace lo imposible para que echen al perro que acaba de llegar a la familia. Esto fue precisamente lo que hizo Nelson, un loro que no estaba dispuesto a ceder su lugar como estrella de la casa.

¿Cómo logró el loro intentar que el perro se fuera?

La historia de Nelson, el loro, comienza cuando su familia decide incorporar un perro cachorrito llamado Henry. Al principio, Nelson no estaba dispuesto a aceptar su nuevo compañero y comenzó a poner en práctica varios “trucos” para hacerle la vida imposible a Henry, con la esperanza de que, al final, el perro fuera echado de la casa.

A continuación, te resumo las estrategias que Nelson utilizó para tratar de deshacerse de su «hermano» perro:

  • Robaba los juguetes de Henry: Para asegurarse de que el perro no se divirtiera, el loro tomaba sus juguetes y los escondía.
  • Estropeaba la comida de Henry: En lugar de dejar al perro comer en paz, Nelson arruinaba su comida en el cuenco.
  • Intentaba molestarle constantemente: Cada vez que tenía oportunidad, el loro hacía ruidos o intentaba inquietar al perro para que no se sintiera cómodo.

¿Cómo terminó esta guerra entre mascotas?

A pesar de los esfuerzos de Nelson, el perro no parecía tan afectado. De hecho, la dueña menciona que Henry no mostraba tanto desagrado hacia el loro. Sin embargo, al principio, tenía que estar muy atenta para asegurarse de que ambos animales no se metieran en problemas.

Con el tiempo, sin embargo, Nelson comenzó a darse cuenta de que sus intentos no estaban funcionando, y al final aceptó la presencia del cachorro. “Supongo que tendré que soportarlo”, es lo que la dueña cree que Nelson pensó tras unos días.

Un final feliz para ambos

Con el paso del tiempo, la relación entre el loro y el perro mejoró, y ahora, según cuenta la dueña, ambos animales conviven en paz. Ahora se toleran mutuamente, y el loro incluso avisa a Henry cuando algo interesante ocurre fuera de la ventana. A veces, se sientan juntos a observar lo que sucede en la calle, haciendo bastante ruido cuando algo les sorprende. Aunque la dueña admite que a veces sus ruidos la vuelven un poco loca, afirma que quiere muchísimo a ambos.

Este curioso caso nos recuerda que, al final, los animales, como nosotros, pueden aprender a convivir, aunque no siempre sea fácil. ¡Quién sabe qué otras sorpresas nos deparan los hogares con más de una mascota!

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