¿A quién no le apetece un plato de boquerones recién salidos de la freidora cuando se pasea por la orilla? Si además lo recomienda un periodista tan sibarita como Carlos Herrera, el antojo se multiplica. El almeriense, que congrega a más de 400.000 seguidores en Instagram, se ha declarado fan absoluto de un clásico de Pedregalejo: El Caleño. Fundado en 1987, este chiringuito defiende la fritura perfecta desde hace casi cuatro décadas. Herrera lo ha repetido por activa y por pasiva: aquí se sirven «los mejores boquerones fritos de España». Y, como colofón, el negocio acaba de duplicarse con un segundo local en Torre del Mar, señal inequívoca de que el éxito no entiende de modas pasajeras.
¿Por qué Carlos Herrera señala a El Caleño como templo del boquerón?
Carlos Herrera lleva años retratando sus escapadas gastronómicas por toda España y, cómo no, Andalucía ocupa un lugar de honor en su carrete digital. Su veredicto sobre El Caleño llegó primero en una publicación informal y se confirmó después con otra más reciente: «Mi amigo Fabio, argentino que viene del futuro, ha tomado el relevo en El Caleño en Málaga y sigue haciendo los mejores boquerones fritos de España». La frase lo dice todo, y sin necesidad de aderezos.
La historia del local ayuda a entender la devoción. Rafael Alcaide “Chico” y Loli Ramírez levantaron El Caleño en 1987, cuando Pedregalejo empezaba a perfilarse como paseo marítimo de culto. En 2022 cedieron la sartén al bonaerense Fabio Donofrio, quien ha mantenido la fórmula infalible: pescado fresquísimo de lonja, aceite limpio y técnica de fritura al punto. El resultado es un boquerón crujiente, jugoso y sin excesos de grasa, lo justo para que la cuenta no pese tanto como el estómago.
¿Qué otros bocados andaluces ha aplaudido el periodista?
Para poner en contexto la devoción por El Caleño, basta repasar otros homenajes culinarios que Herrera ha ido colgando en su perfil.
- La Esquina (Algeciras): quisquillas y calamarcitos de los que “cautivan a la primera”.
- Alhucemas (Sanlúcar la Mayor): puntillitas a la plancha de “calidad inalcanzable”.
- Avante Claro (Sanlúcar de Barrameda): rape en salsa de pajaritos que provoca reverencias.
- Los Baltazares (Dos Hermanas): atún macerado que el locutor sitúa “entre lo mejor que he probado”.
Como se ve, la lista no es poca cosa; así que si los boquerones de El Caleño rivalizan con semejante alineación, algo especial tendrán.
Cómo disfrutar de El Caleño sin complicarse la vida
Primero, apunte la dirección: paseo marítimo de Pedregalejo, Málaga capital; segunda opción, Torre del Mar, para los que se mueven por la Axarquía. Llegar pronto es clave, porque el olor a pescaíto atrae a medio barrio y las mesas vuelan más rápido que un espeto. Por cierto, no se corte y pregunte por los espetos de urta o pargo: la brasa les sienta igual de bien que al boquerón la freidora.
Segundo, confíe en la sencillez: un plato de boquerones recién hechos, cerveza fría y vistas al mar suelen costar menos de lo que imagina y, ojo, que aquí el sablazo turístico no hace acto de presencia. Si queda sitio, remate con salmonetes o un buen besugo voraz. Y, por supuesto, suba la foto a redes para corroborar la recomendación de Herrera; quién sabe, quizá acabe usted firmando la próxima crónica gastronómica.