Hay tres supuestos en los que a una persona le corresponde cobrar un finiquito: fin de un contrato laboral, despido o renuncia voluntaria del trabajador. En cualquiera de estos tres escenarios, el documento debe reflejar los importes que el empleador por cuenta ajena tiene derecho a recibir tras el fin del vínculo laboral con la empresa que lo contrató. Sin importar quién ha tomado la decisión de romper la relación profesional, hay algunos factores a tener en cuenta que son cruciales para determinar el cálculo de la cuantía final.
No se debe confundir el término “finiquito” con “indemnización por despido”. Es cierto que son dos conceptos relacionados, pero distintos. La confusión entre estos conceptos puede llevar a que los trabajadores no sepan exactamente qué documentos han de recibir cuándo se extingue la relación laboral.
El finiquito es un documento en el que se formaliza un despido. Con él, se cierra toda relación con el contrato de trabajo y con el trabajador. En el papel se deja constancia de las cuentas pendientes de la empresa con el trabajador y se da por pagado en el momento en que se produce el despido. Por otra parte, la indemnización por despido es una compensación económica que se paga a los empleados, pero no se paga siempre. Solo aparece cuando el despido no tiene una causa justificada o sin existir una causa concreta.
Puntos que deben contemplarse en un finiquito
- Salario de los días trabajados que quedan pendientes tras la recepción de la última nómina.
- Parte proporcional de las pagas extras no prorrateadas, aun sin percibir.
- Vacaciones generadas no disfrutadas.
- Horas extraordinarias pendientes de abonar.
- Otras cuantías que puedan haber sido pactadas en el contrato, o que vengan reflejadas en el convenio colectivo del sector al que pertenece. Concretamente serían las gratificaciones extraordinarias u objetivos.
A estos importes brutos se les debe descontar varias deducciones de la Seguridad Social y el IRPF.
Todos los trabajadores tienen derecho al finiquito
Todo trabajador tiene derecho a recibir el finiquito, independientemente de si es a consecuencia de la extinción de un contrato o se ha generado una baja voluntaria. Para calcular cuánto corresponde cobrar cuando finaliza una relación laboral, deben considerarse todos los factores mencionados. Al momento de cobrar el finiquito no importa si el trabajador ha estado empleado un año o diez.
Para calcularlo, solo cuentan las variables vinculadas al último año de trabajo, exceptuando las vacaciones correspondientes al año anterior que todavía no hayan sido disfrutadas.
Diferencia entre finiquito e indemnización por despido
Como mencionamos anteriormente, el finiquito y la indemnización por despido están relacionados, pero no son lo mismo. El primero versa sobre los conceptos pendientes de cobro al terminar un contrato laboral. No obstante, la indemnización es una compensación que recibe el trabajador despedido. El importe de la indemnización por despido dependerá de la antigüedad y del tipo de despido.
En este caso, al trabajador le corresponden 20 días por año trabajado, que se convierten en 33 días al año si se ha producido un despido improcedente. Otro caso es el del despido voluntario, en el que el trabajador pierde el derecho a esta.
Existe otra diferencia entre finiquito e indemnización por despido: la cuantía. En el finiquito se saldan todas las cuentas pendientes entre el trabajador y la empresa, mientras que la indemnización proporciona un sostén que va de acuerdo a los años que le haya dedicado el empleado. Solo se centra en los días de trabajo, sin contemplar vacaciones, pagas extras, horas extras y demás elementos.
Según registra la web ConfiAbogado, otra gran diferencia reside en la naturaleza legal y la voluntad. El finiquito es un acuerdo formal entre las dos partes para finalizar su vínculo laboral, mientras que la indemnización por despido es un derecho laboral que, en el momento en que el trabajador es despedido, se activa para compensarlo por la pérdida del trabajo.