Los científicos han descubierto una criatura acorazada con dientes color cobre en ríos de Brasil y descubrieron una nueva especie. En un río del este de Brasil, una criatura acorazada nadaba en busca de su próxima presa para hundir sus dientes color cobre. Pero no era la única que buscaba. Los científicos que pasaban por allí recogieron al animal manchado para observarlo más de cerca. Esta ha resultado ser una nueva especie descubierta recientemente.
Características de estos peces
Los investigadores han visitado varias secciones del río Sapucaí entre los años 2001 y 2004 para poder estudiar la vida acuática que se pasó por alto, según un estudio publicado el 6 de diciembre en la revista revisada por pares Neotropical Ichthyology. Durante los estudios, los científicos capturaron docenas de bagres de aspecto desconocido.
Los bagres se caracterizan por tener bigotes en su mandíbula superior y debido a sus diferentes subespecies, en algunas de ellas, llegan a tener los bigotes en las mandíbulas inferiores. Debido a esta característica, al pez bagre también se le conoce como pez gato.
Durante más de una década los estudios hicieron referencia al singular pez Sapucaí. Pero nadie había estudiado a estos peces en detalle. Pues bien, un equipo de investigadores se dieron cuenta de que habían descubierto una nueva especie: Neoplecostomus sapucai, o el pez gato acorazado del río Sapucaí.
¿Cuántos centímetros de largo alcanza este pez?
El bagre acorazado del río Sapucaí puede alcanzar unos 8,9 centímetros de largo, según el estudio. Sus cuerpos son alargados y enteramente cubiertos de placas óseas, salvo algunas pequeñas manchas. Tienen cabezas anchas, labios abultados y docenas de dientes de color cobre.
¿Cual de los dos géneros posee más dientes?
Los machos y las hembras de la nueva especie difieren en el tamaño y la cantidad de dientes, según los investigadores. Los machos tienen menos dientes cortos y robustos, mientras que las hembras tienen dientes delgados y más numerosos.
¿Qué lugares habitan?
El bagre acorazado del río Sapucaí vive en arroyos pedregosos de poca profundidad, con aguas cristalinas y un flujo rápido, según el estudio. También se encontró que el pez vivía cerca de embalses, pastizales y carreteras, lo que sugiere que las actividades humanas no parecen representar amenazas significativas para sus poblaciones.
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