La Dirección General de Tráfico (DGT) ha intensificado sus campañas de concienciación para abordar los posibles problemas en las carreteras, motivados por el aumento inesperado de accidentes en los últimos años. Las estadísticas son preocupantes: en 2023, 1.806 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico, lo que supone un incremento del 10% respecto a los datos registrados en 2022. Ante esta alarmante situación, se están planteando diversas medidas para revertirla. Una de ellas es la incorporación de una señal poco conocida que puede encontrarse en algunas carreteras españolas.
Señal de advertencia frente a radares: una medida desconocida para muchos
Entre las más de 400 señales incluidas en el Reglamento General de Circulación, la señal de advertencia frente a radares se ha convertido en una de las más recientes y llamativas. Esta señal, introducida hace aproximadamente cinco años, es todavía desconocida para muchos conductores, quienes no están familiarizados con su propósito ni con su diseño. Aunque ya forma parte del catálogo oficial, sigue siendo novedosa en comparación con otras señales que llevan décadas en uso.
La DGT ha diseñado esta señal para advertir sobre la presencia de radares en tramos específicos de la carretera, con el objetivo de reducir la velocidad y minimizar el riesgo de accidentes. Es una señal rectangular de color naranja, con un diseño claro que indica el límite de velocidad permitido en el tramo en cuestión. Además, suele instalarse en zonas estratégicas con alta siniestralidad o donde las velocidades suelen ser excesivas, muchas veces por petición de los propios habitantes de la zona. Mientras que algunos conductores consideran que los radares tienen un objetivo meramente recaudatorio, otros ven en estas medidas una herramienta crucial para reforzar la seguridad vial. La DGT insiste en que su prioridad es reducir los accidentes y garantizar el cumplimiento de los límites de velocidad establecidos por la ley.
Cifras preocupantes para la DGT
A pesar de las medidas implementadas, los datos de siniestralidad siguen siendo alarmantes. Según la DGT, en 2023 se produjeron 1.806 fallecimientos en accidentes de tráfico. De los cuales 518 ocurrieron en zonas urbanas y 1.288 en carreteras interurbanas. Estas cifras convierten al pasado año en el peor en términos de seguridad vial desde 2017. Sin embargo, no se acercan a los datos catastróficos de 1993, cuando más de 6.300 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico.
La DGT espera que 2024 marque un cambio en la tendencia, pero el impacto de estas nuevas señales y medidas aún está por verse.