En los últimos años, el consumo de leche cruda se ha visto incrementado porque se considera más nutritiva y natural que la pasteurizada. Sin embargo, las autoridades de sanidad de diferentes países, entre ellas la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), advierten de que su consumo puede ser peligroso y nocivo para la salud. La leche que va directa de la vaca al caso es un alimento sin tratar y no estéril, que puede estar contaminada con microorganismos patógenos. La evidencia respalda estas afirmaciones y desacredita la información que pueda encontrarse en Internet.
Un estudio reciente ha demostrado que el virus de la gripe sobrevive en la leche cruda
Unos científicos de la Universidad de Stanford han descubierto que el virus de la gripe podría sobrevivir en la leche cruda, incluso aunque esta esté refrigerada en perfectas condiciones. «Este trabajo destaca el riesgo potencial de transmisión de la gripe aviar a través del consumo de leche cruda y la importancia de la pasteurización de la leche», afirmó la profesora Alexandria Boehm, principal autora del estudio. Esto es debido a los brotes que se están dando en Estados Unidos de gripe aviar en el ganado bovino lechero.
En Estado Unidos son más de 14 millones de ciudadanos los que consumen leche cruda cada año. La leche cruda no se trata a altas temperaturas para matar a los patógenos dañinos. Los consumidores y defensores de esta bebida creen que, por estar cruda, contiene más nutrientes y probióticos y que por eso son mejores para su salud inmunitaria e intestinal. Pero los patógenos están en el líquido y además pueden ser especialmente dañinos y peligrosos para niños, mujeres embarazadas, personas mayores y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
El peligro de consumir leche sin pasteurizar
La composición de la leche cruda, además de contener virus de la gripe aviar y otros patógenos, también puede contener bacterias como Salmonella, E. coli, Brucella, Coxiella y Listeria. La bebida también puede ser contaminada por gérmenes presentes en las ubres de las vacas, en la tierra en la que viven o en las manos de las personas que la manipulan. Por eso se considera que consumir leche sin estar debidamente tratada es peligroso para nuestra salud.
La pasteurización es el proceso por el que la leche es esterilizada y tratada para el consumo humano. Es un tratamiento que constituyó uno de los grandes logros en cuanto a salud alimentaria pública en el siglo XX. El método consiste en calentar la leche a 72 °C como mínimo durante al menos 15 segundos. En España también existe la comercialización de la leche UHT (Ultra High Temperature). Esta leche ha sido sometida a temperaturas mucho más elevadas que permite que la leche esté fresca más tiempo y que se pueda conservar sin refrigerar si no ha sido abierta.
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